Ollanta Humala es ahora el nuevo presidente constitucional del hermano país inca, generando expectativas entre los intelectuales, no sólo del Perú, sino de la misma Latinoamérica, por su orientación izquierdista, y la escuela que piensa aplicar; es decir, si se copiará el pseudoizquierdismo venezolano, caracterizado por un demagógico populismo y un trasnochado y decadente discurso anti-imperialista, o, si por el contrario tomará inspiración de los exitosos modelos de gestión de Chile y Brasil. Como dicen en el argot popular: ¡Amanecerá y veremos!, esperando que esta oportunidad dorada que recibió de sus connacionales peruanos no la use para un desatinado discurso desafiante al coloso económico del Norte.
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